El único período histórico donde Andorra no dependió de ningún Estado, fueron unos días en el 1934, en los que Boris de Skossyreff se autoproclamó rey de Andorra. En 12 días, creó constitución, boletín oficial y varios decretos. El obispo de Urgell actuó pidiendo ayuda a 4 guardias civiles y 1 sargento españoles con base en el cuartel de la Seu d’Urgell, para detenerlo, esposarlo y juzgarlo en Madrid bajo la ley «Vagos y Maleantes «donde se le pierde la pista, reapareciendo por varias ciudades de Portugal. 

El presente proyecto, tiene como objetivo narrar la historia del único rey de la historia de Andorra, para reflexionar sobre la ficción en la construcción de los Estados, apoyado por medios de comunicación que ayudan a conformar un relato histórico determinado. El trabajo se presenta en formato de 3 posters a color sobre papel, que diseñados aludiendo los posters de películas de la época, presentan varias reflexiones sobre la legitimidad del relato político, pensando sobre los paradigmas y los mecanismos de esta corta historia que forma parte de la crónica de Andorra.

Este trabajo ha sido constituido a partir de una investigación de la historia de Andorra hasta llegar al período monárquico de Boris I, que podemos identificar como un corto periodo que supone un paradigma sobre las ficciones del relato de Estado. De esta forma ya partir de la historia de Boris I, este trabajo que se presenta bajo el título «Aventura, esperanza y fracaso de en Skossyref», reflexiona a partir del imaginario de ficción propio del siglo XX, sobre la construcción oficial de los relatos de Estado a los medios de comunicación desde una perspectiva amplia.

Mediante la investigación y la documentación, se han combinado diferentes imágenes que crean 3 pósters que representan 3 momentos diferentes de la historia de Boris I en forma de un filme de ficción. Con recursos propios de carteles de películas de 1934 (momento en el que pasa este relato), se crean 3 carteles 100×70 cm, realizando una serie de 30 unidades (10 para cada cartel firmado y numerado) con el color verde de las pantallas croma, que apela a las empleadas en los medios de comunicación para intervenir y crear gráficamente paisajes e historias inexistentes.