“La televisión realiza una función socializadora fundamentalmente mediante el entretenimiento y la ficción que resulta a menudo mucho más eficaz que la información a la hora de influir en las opiniones y actitudes de la gente. Joan Ferrés ha estudiado casos en los que un tema tratado en un serial de televisión ha conseguido mayores niveles de concienciación social que las informaciones reales o las meditadas campañas de publicidad programadas al efecto. Como ejemplo, un capítulo de la popular telenovela venezolana Cristal, que en España contribuyó a que las mujeres acudieran al médico para prevenir el cáncer de mama, en mayor medida que cualquier noticia o cualquier campaña del Ministerio de Sanidad y de la Organización Mundial de la Salud. En Cataluña, una pareja de personajes homosexuales –muy humanos y entrañables– de Poble Nou, un serial de gran resonancia social, hizo más por la aceptación social de la homosexualidad que un espacio de debate emitido en la misma cadena por las mismas fechas. En Estados Unidos, se ha comprobado que las profesiones de los protagonistas de las series de éxito –como Ironside, Doctor Ganon, Turno de Oficio o Lucas Tanner – se convirtieron en las más demandadas en muchas universidades que vieron incrementar el número de matriculados, coincidiendo con la popularidad de sus personajes. Se constata así que la empatía con el telespectador se consigue recurriendo a los mecanismos psicológicos de implicación emotiva: la identificación con unos personajes y la proyección de sentimientos hacia otros.”

Ramos, Y. “Televisión, valores y adolescencia”. Ed. Akal 2009. Barcelona

El fenómeno de la mediatización no sólo se centra en el comportamiento como resultado de la forma de ver el mundo configurado por los medios como comunicadores de valores. La mediatización, llevada a cabo por el proceso de la (Neo)realidad (forma de configurar el contexto desde un aprendizaje mediático), implica siempre la noción de poder como forma de seguridad, protección y construcción del relato político. Así pues, el sistema político en desarrollar narrativas proyectadas a los ciudadanos/as, crea formatos para la realidad que conforman creencias diseminadas desde la democratización de la televisión y la radio como canales de transmisión de valores.

Tomando en cuenta los parámetros de los medios de comunicación como canalizadores de que narran estructuras de poder político, se desarrolla el trabajo “Videographic Dead: How to built national security”, que reflexiona entorno a la narratividad política construida mediáticamente a partir de un lenguaje televisivo aprendido. El trabajo muestra dos componentes videográficos difundidos por la Red (la muerte de Saddam Hussein y la muerte de Muamar Gadafi grabados por un videoaficionado) para posteriormente ser difundidos por los medios de comunicación como una forma de triunfo por parte del poder de seguridad de los EUA. Desde el ataque de las torres gemelas en NY en el 2001, EUA ha construido una lucha contra el terrorismo internacional desde un discurso cerrado y ostracista, donde la “justicia” debe equilibrar la balanza en nombre de la seguridad nacional. La narración, se convierte entonces en un guión televisivo, donde aparecen centenares de imágenes, debates u otro tipo de contenido difundidos desde la televisión pública, encabezada por la BBC.

En la pieza se presenta como un capitulo de una teleserie de los años 80’, con un opening tratando como el contenido del capítulo así un ending ficticio que dota al suceso de una construcción que enumera los participantes del contenido principal, la muerte de los dictadores. De esta manera se conforma un relato de nación victoriosa en lucha contra el mal, evidenciando la guerra entre Occidente y Oriente para proteger al ciudadano. En la instalación encontramos también dos carteles de 100×70 cm, que contienen imágenes de los dictadores, construidos como un cartel publicitando la teleserie ficticia que se construye en el video. Así pues, una edición limitada de 200 postales “publicitarias” de la teleserie encima de una estantería, invita al espectador a adquirirlas de forma gratuita durante la exposición, dotando el contenido del video de una hecho inocente y coleccionable.