Los medios de comunicación determinan pautas de comportamiento que son implantados a partir de varios parámetros derivados del sentimentalismo, la pasión y la intriga. Esta afirmación del espectador como un sujeto que asume roles desde las emociones, donde Brea habla a «La era postmedia: Acción comunicativa, prácticas (post) artísticas y dispositivos Neomediales” (1), lleva al autor a reflexionar sobre las cuestiones de identidad implantada y sobre la identidad del consumidor que es construido. Teniendo en cuenta estas pautas de comportamiento que son mediatizadas por los espectadores, debemos observar el género como uno de los grandes condicionantes que determinan formas de hacer, ser y mirar, provocando estigmas entorno al acondicionamiento que nos se nos impone.
A «Confusiones sin saber que lo son» el autor de vídeo pone en crisis la idea de la mirada endogámica y heterogénea que se transmite desde los canales mediáticos, determinando formas de relacionarse y comprender la realidad que muchas veces se interpone con valores heredados, como es en este caso la creencia en Dios. Presentando una supuesta madre que confunde un helicóptero con Dios, se crea una narrativa de ficción donde la mirada del único personaje es cuestionada desde el absurdo. Asimismo, el personaje femenino remite al discurso masculino ginecológico de principios de siglo de la «mujer en permanente enfermedad», de la que deriva la imagen de la mujer histérica. El personaje se ridiculiza y adopta la actitud de protección esperada que finaliza con cierta desesperación, estableciendo la confusión de pensamientos y miradas que son puestas en crisis.
Vídeo VHS digitalitzat. 1 min 09 seg.
Medidas variables
P.A. 00/01_06’